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Feb 22, 2021 | Tradiciones

Un año sin fiesta

Bienvenido Moya fiestacultura

Bienve Moya

Escritor y folclorista

Así como avanzaba la pandemia a través del calendario ─avance, término de resonancias bélicas que me parece adecuado─, pudimos leer informaciones de esta suerte en todos los medios de comunicación.

El Misteri. Elx. “La Junta Rectora del Patronato ha tomado la decisión de suspender las representaciones extraordinarias de otoño. También este año, la pandemia del Coronavirus y sus medidas sanitarias llevaron al Patronato a cancelar las representaciones del mes de agosto”.

San Fermín. Pamplona. “Llega el séptimo día del séptimo mes, la simbólica fecha del 7 de julio, pero por primera vez en más de veinte años nose ha lanzado el chupinazo. La pandemia de coronavirus ha marcado la historia de los encierros que an- tes solo se habían suspendido en cuatro ocasiones, la última en 1997 por el asesinato a manos de ETA del concejal de Ermua Miguel Ángel Blanco”.

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Semana Santa. Sevilla. “Con la información que facilita la Autoridad Sanitaria a las Administraciones competentes para la toma de medidaslimitativas de la concentración en espacios públicos, o de los desplazamientos en el territorio nacional, con- sideramos que hay motivos de saludpública suficientemente justificados para suspender los desfiles procesionales en la Se- mana Santa 2020, explica el Ayuntamiento en uncomunicado firmado conjuntamente por el Arzobispado y el Consejo de Her- mandades”.

Muixeranga. Algemesí. “En Algemesí septiembre significa mucho más que el regreso de las fiestas, el inicio de la tempo- rada de naranjas, lasiega del arroz. Y este año, por primera vez desde la Guerra Civil, no se llevará a cabo. En Algemesí llevamos celebrando nuestro festival desde hace unos tres siglos”.

La Patum. Berga. “No se celebrará este 2020 a causa del coronavirus. El Ayuntamiento de Berga (Barcelona) ha decidido suspenderdefinitivamente la celebración de La Patum 2020 a causa del coronavirus. Primero se trabajó para poderla celebrar en septiembre, finalmente enun comunicado el Ayuntamiento ha explicado que ha sido una decisión consensuada de forma unánime por los miembros del Patronat MunicipalLa Patum”.

Los ‘castells’. Valls. “Valls vive estos días una fiesta atípica de Sant Joan. El coronavirus ha hecho que la gran mayoría de los eventos no secelebren y el pico de nostalgia será en las pró- ximas horas. “Será un sentimiento muy extraño”, dice Jaume Martí, Cap de colla La Joves. “Ojalá nose repitiera de nuevo. ¡No puedes soportarlo!”, añade Albert Martínez, Cap de colla de La Vella. Ambos dan la temporada casi perdida”.

La Mercè. Barcelona. “Tendremos una parte [de la fiesta] descentralizada, con capacidades limitadas y apostando por el talento local. Estos sonlos ejes de la Mercé 2020, que vivirá una edición muy alejada de las multitudes de otros años debido a las restricciones impuestas por el Covid-19”.

UN CASO EXCEPCIONAL

Y así a lo largo del año y hasta hoy (mes de enero de 2021), que seguimos en ello. Pero hemos de considerar que el frustrante episodio en el quehoy nos movemos es un caso excepcional en la historia de las epidemias universales; la experiencia humana no había contemplado hastanuestros días una situación como la actual, ─pido paciencia al lector prometiendo explicarme a lo largo del artículo-. Evidentemente, como hoy, y aun peor, hubo grandes epidemias, y las hubo de tremendas consecuen- cias que paralizaron todo comercio y actividad social, pero tam- bién parece sercierto que si bien se suspendió por un tiempo la actividad comercial y social de las ciudades, quisiera hacer hincapié en el hecho de que nuncallegaron a frenar por entero la voluntad/necesidad del júbilo y solaz de la humanidad, y por ahí va la razón de este texto. Poseemos documentación escrita que ante la incontestable evidencia de la tragedia, sectores de aquella humanidad doliente y atenazada por la inminencia de la muerte, se lanzó en los brazos de la fiesta y el goce para dar fin a los que habían de ser últimos días de la civilización. En el Decamerón, Boccació describe algunos de estos episodios festivos durante la terrible Peste negra de 1347, que dejó Europa con la mitad de su aforo habitual; y bien seguro que Chaucer, para ambientar sus Cuentos de Canterbury echó mano a memorias de lúdicos sucesos ocurridos durante aquellos nefastos días. Más allá de la literatura que hoy denominaríamos de ficción, más allá de las fuentes literarias, nos hablan los viejos cronicones de orgiásticas celebraciones ante el incontes- table avance de la peste u otras epidemias universales, como las guerras que asolaron Europa durante siglos. En elorden de las diversas actitudes manifestadas por la humanidad ante la inminencia de la calamidad, cabe considerar la de las masas o sectoresurbanos que huían despavoridos, dando por sentado que huir en desbandada arrasando todo aquello, o aquellos, que se interponía en su huida enun espectacular pandemonio, era un medio emocional de conjurar el pánico provocando el terror. Otros sectores de la sociedad creyeron poder temperar el pánico figurándose la peste (o la guerra) como la respuesta de dioses u otros fenómenos cósmicos, a la maldad humana, fiando con-jurarla con la celebración de enfáticos e impresionables ritos exculpatorios a través de los cuales se imploraba el perdón por los pecados de la humanidad.

Entrada mora en la Fira de Manresa

 

En el Decamerón, Boccació describe algunos de estos episodios festivos durante la terrible Peste negra de 1347, que dejó Europa con la mitad de su aforo habitual; y bien seguro que Chaucer, para ambientar sus Cuentos de Canterbury echó mano a memorias de lúdicos sucesos ocurridos durante aquellos nefastos días.

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Capacidad sanitaria

Pero nuestra pandemia siglo XXI nos pilla ─así lo creemos─ con capacidad de enfrentarnos sanitariamente a ella; capacidad y suficiencia que el hombre nunca tuvo hasta un hoy muy cercano. Y entre otras pocas soluciones (dado que la racionalidad del siglo impugna las descritas con anterioridad), para el caso que nos ocupa, nos propone la inédita posibilidad de trasladar nuestras relaciones sociales y culturales a otra esfera, a la esfera No Presencial, (como hemos inventado denominarlo) al espacio cibernético.

De esta cuestión va el artículo, de cómo nos estamos enfrentando a estas restricciones sociales con el concurso (la complicidad) de las nuevas tecnologías de la comunicación. Extraordinaria (extra ordinaria) propuesta que la sociedad parece haber aceptado sin mucho recelo y escasa resistencia crítica, quizás porque ya veníamos entrenados de estas últimas décadas: televisión por un tubo, telefonía en el bolsillo, Facebook, Twitter, WhatsApp, etc. etc. Las administraciones, de acuerdo con parte de los agentes organizadores de actividades escénicas, musicales y festivas (hay que tomar en consideración los incuestionables intereses materiales de los profesionales: sin actuación no hay recaudación), nos proponen arrinconar nuestras milenarias costumbres sociales y culturales, y llevarlas a cabo a través de los nuevos medios de que dispone la sociedad cibernética, nos propone una novísima forma de “celebrar”: ‘celebrar sin participar’, y aun, ‘desde la butaca de su domicilio’; ‘¡Corra en los sanfermines en formato RV (realidad virtual); casi tan divertido como en la realidad, pero sin riesgo!’.

fiestacultura El Jaleo en Ciutadella (Menorca)

REALIDAD VIRTUAL

¡Y es precisamente ahí donde le duele! “On plora la criatura”, donde llora la criatura, decimos en catalán. Nos proponen ahorrarnos, evitar, el riesgo. No se tiene en cuenta que, desde el primer cazador, el riesgo es parte del gozo ¿Cómo va a haber gozo, cómo va a haber catarsis, si no hay riesgo (aunque sea ajeno)? Y la cuestión que me planteo ─y les invito a ustedes a hacer lo mismo─ es: ¿Vamos a acostumbrarnos, va a acostumbrarse la sociedad ─ahora que lo ha experimentado─, al ‘goce sin riesgo’, al goce no presencial GnP? ¿Vamos a dar carta de naturaleza a la catarsis modo realidad virtual RV?

Pero no todo el mundo ha actuado de igual manera. Alguien (grupos de alguienes –abuso de la lengua, lo sé, pero hoy no es pecado, en política lo hacen a diario─), ha querido imitar a los goliardos medievales, a los libertinos renacentistas, a los dadaístas y otros ‘istas’… como los que describe Bocaccio en su Decamerón. Leo en el periódico ARA, de Barcelona (9-I-2021), a Javier Pérez de Andújar, controvertido crítico literario; traduzco del catalán: «Hoy en plena Pandemia, las fábricas del Vallés [comarca industrial] son castillos en ruinas, y el pasado día, alrededor de cuatrocientas personas llenaron una nave abandonada para celebrar una ‘rave’. Pasaron dos días danzando, bebiendo y adorando la blanca flor del estramonio”.

¡No me va a decir el lector que en esta acción no hay algo de los relatos que nos describen cronicones medievales de cómo parte de la sociedad encaró el apocalíptico fin del milenio! Cuenta el mismo Pérez Andújar que estos mismos celebrantes de la ‘rave’ en la nave industrial del Vallés (castillo industrial abandonado), fijaron un manuscrito en sus paredes donde como colofón podía leerse “El sistema no funciona, hora de salir”. Y el crítico cierra su reflexión sobre el caso con esta coletilla: “… por los caminos y tabernas (…) los goliardos cantaban y bebían y se burlaban del apocalipsis del año mil mientras el resto de la sociedad entonaba el ‘penitenciagite’ (¿Haz penitencia?)”.

¿Nos atreveríamos a comparar este ‘penitenciagite’ de la sociedad medieval con los consejos que hoy se nos envía desde todos los media, a los ciudadanos? Y en otro orden de cosas (o quizás sea el mismo orden), me asalta una pregunta: ¿Habrán reinventado estos jóvenes de la ‘rave’ (sabiéndolo o no) el happening, la performance, el Youth International Party? ¿Habrán leído estos jóvenes a Mayakovski y Meyerhold: “derribemos los techos si no bastara con haber demolido los escenarios y las paredes”? ¿Han leído y reinventado estos jóvenes organizadores de la ‘fiesta sin fin’ FsF, a Alfred Jarry i Antonin Arataud, y nos proponen una vieja conocida práctica contra las propuestas de convertirnos a la Realidad Virtual, de convertir nuestros espectáculos, nuestra fiesta, música, artes escénicas, en paquetes cibernéticos: bits y otras hiperrealidades del ‘0 o 1, verdadero o falso, blanco o negro, masculino o femenino’, etc, hasta la extenuación? Quizá estos jóvenes que ocupan las naves (castillos abandonados de la era industrial/consumista), nos estén proponiendo el teatro cuántico: “0 o 1… o todo lo contrario”, para sustituir la fiesta y otras artes escénicas modo Realidad Virtual.

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